La historia de nuestra organización comienza primero en nuestro punto de ruptura. El trabajo que conectó una red de aspirantes enérgicos y apasionados, pronto se convirtió en una colección de defensores con exceso de trabajo. 

Si bien no había escasez de personas necesitadas, luchamos para satisfacer la demanda constante de atención. Al igual que muchas otras organizaciones sin fines de lucro, tratar de equilibrar las necesidades de la organización, sus seguidores y la misión, al mismo tiempo que brinda el mejor apoyo a los constituyentes, resultó ser una de las mayores amenazas para la calidad de la atención que ofrecimos.

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Esto nos obligó a dar un paso atrás y pensar. Si nos quemamos, ¿quién va a ayudar a los que dependen de nosotros? Mientras tratábamos de responder esto, nos dimos cuenta de que si nos sentíamos así, muchas otras organizaciones y sus seguidores podrían sentir lo mismo. 

El mundo mira hacia el sector sin fines de lucro para alcanzar y complementar las necesidades de los más desfavorecidos. Sin embargo, aunque estas organizaciones son la cara del servicio, su sacrificio a menudo pasa desapercibido. Las barreras que superan las organizaciones debido a la dependencia excesiva de los donantes, el exceso de trabajo del personal, la gestión inadecuada del conocimiento y más, tienen un impacto directo en la eficacia de su trabajo. 

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